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La necesidad de crear este vino surge tras el estado de alarma y debía transmitir la ilusión de la bodega por salir adelante tanto ellos como la sociedad en su conjunto.

Tras barajar varios nombres y debido a la gran cantidad de marcas de vino nos decidimos por buscar un nombre en euskera al situarse la bodega en Samaniego, Álava. A su vez nos encontramos el handicap de la sonoridad de las palabras de este idioma que en muchos casos es dura, sonidos “k”, “y (ll)”, “tx”. Buscamos un término que cumpliera con todas estas premisas y dimos con la palabra “argia”, cuya pronunciación es “arguía”, que significa luz.

Este vino nace de lo extraordinario, de la necesidad de juntarnos, de compartir una copa de vino alrededor de una mesa. Solo pretendemos que, tú que lo tienes en la mano, lo descorches y brindes con él por un “estar juntos”, “porque se repita muchas veces”. Por vosotros, por nosotros, por todos.

La imagen que acompaña a la marca es un rosetón gótico.

Rosetón (del Latín rosa)

Al rosetón se le ha atribuido un doble simbolismo: uno mariano, por la apariencia que tiene de la estructura de una rosa; otro que sugiere a Cristo, simbolizado como fuente de luz que emite rayos de sol.

Su misión es la de iluminar.